El Nuevo Modelo Educativo, en su afán por comprimir los contenidos de los nuevos programas, nos presenta una serie de novedades con respecto al programa de la asignatura por competencias. En primer lugar, presenta cuatro bloques en lugar de seis, lo que representa una mayor lógica interna que en el programa anterior. El primer bloque abarca el género lírico, desde su aparición hasta nuestros días. Este bloque, para mi particular forma de acercamiento a la literatura gana en cantidad y pierde en calidad. La revisión panorámica de la historia de la lírica es tan general que no permite el goce estético del acercamiento directo y la apropiación del poema. La visión general hace perder la esencia en poética en lo particular. El segundo bloque se dedica al género dramático y como el anterior pierde en calidad, ganando en cantidad. Se pretende abarcar toda la historia del teatro en unas cuantas horas-clase. La gran ventaja de este bloque es que promociona la vivencia teatral del alumno y lo acerca a la problemática social que da vida al teatro. Aunque es ambicioso en su contenido, es más probable el logro de los productos esperados, porque está más al nivel de las vivencias de nuestros alumnos. El tercer bloque es una novedad para la clase de Literatura. Hace varios años que sacaron el ensayo de nuestros programas, constriñéndolos a un tema más del segundo curso de Taller de Lectura y Redacción; los programas del Nuevo Modelo Educativo vinieron a reivindicar el ensayo. En Taller de Lectura y Redacción II se le dedica una secuencia didáctica completa de varias horas-clase y en el nuevo programa de Literatura II, un bloque completo dedicado al ensayo literario. Un gusto haber recuperado este género literario. El último bloque, el cuarto, es totalmente novedoso, pues está dedicado a la literatura emergente, ese aspecto del trabajo literario cambiante y efímero que domina, sobre todo, las comunicaciones por medios electrónicos como el teléfono celular, la tablet y la computadora. Este nuevo programa indudablemente es un reto; un reto que obliga al maestro a sumergirse nuevamente en conocimientos que había dejado de lado y a investigar los nuevos caminos de la literatura que a nosotros como adultos tal vez no nos sean tan gratos, pero que son los textos que están leyendo y manejando nuestros alumnos. ¡Buena suerte en esta aventura!, y no olvidemos que los retos nos dan energía para mantenernos vigentes.