Una buena defensa penal debe partir desde el conocimiento pleno y dominio que el abogado tenga de la doctrina en la materia, para luego pasar a la estrategia legal de defensa específica de cada caso en particular. Los dos elementos imprescindibles para el ejercicio de la acción penal son la existencia de un delito y la presunta responsabilidad de una persona. En tal virtud, en este libro se estudia principalmente el primero de los requisitos, es decir, el delito, la materia penal, sus fundamentos y generalidades, partiendo, para ello, de su evolución histórica, su teoría, sus elementos, sus particularidades y las penas o medidas de seguridad.