Las enfermedades cardiovasculares son generadas por diversos factores de riesgo: algunas por transmisión genética y otras son provocadas por elementos ambientales o hábitos alimenticios incorrectos. El aumento del número de pacientes afectados con las manifestaciones más graves (infarto del miocardio, infarto cerebral, muerte) tienen una clara correlación con la incrementada disponibilidad y riqueza de la alimentación.