El divorcio de sus padres conduce a Gary a casa de su abuela, quien vive en otro pueblo. Ahí se siente fuera de lugar e ignorado. En un intento desesperado por saber si le interesa a alguien, se esconde. En casa lo buscan, pero nadie lo encuentra; él da por sentado que es invisible. Gracias a este acto de magia, recupera la atención que necesita. Esta historia permite a los lectores que pasan por una situación similar encontrar palabras para expresar sus sentimientos. Los niños, en general, podrán comprender mejor este tipo de realidades.