Pocas figuras hay tan atrayentes y dignas de reconocimiento como la del sabio mexicanista Francisco Xavier Clavijero, autor, entre otras cosas, de esta Historia de la antigua o Baja California. Nacido en Veracruz el 6 de septiembre de 1731, jesuita desde 1748, maestro en diversos colegios de su orden, abierto siempre a las nuevas doctrinas filosóficas y científicas, llegó a distinguirse como filósofo y sobre todo como historiador a la vez ameno y extremadamente acucioso. Expulsado de México con los otros miembros de la Compañía de Jesús en 1767, hubo de pasar en Italia los últimos y más fecundos veinte años de su vida. Sin haber cumplido aún cincuenta y seis de edad, allí murió el 2 de abril de 1787, en la ciudad de Bolonia, donde hasta la fecha han quedado sus restos. Hombre de intereses múltiples pero no dispersos, supo administrar su tiempo y dejar bien logrados frutos. Como maestro, introdujo reformas a los sistemas educativos. Tanto entre los jóvenes indígenas del colegio de San Gregorio, como después en sus cátedras de filosofía, de física y de historia, luchó por suprimir lo arcaico de los métodos y lo falto de consistencia en las materias que impartía. A él se debieron un nuevo Curso filosófico y una Física particular en las que hizo verdad el pensamiento de un diálogo suyo escrito en latín. Dos personajes participaban en él, Filalethes y Paleófilo, el amante de la verdad contra el amante de lo anticuado.