A lo largo de la obra dostoievskiana, los mitos de la ciudad fatal y del soñador callejero serán un mismo tema, desarrollado en todos sus matices y variaciones posibles.
Dostoievski gustaba del tono periodístico de la crónica citadina y de la despreocupada familiaridad que se podía adoptar en esa especie de confesión romántica del folletón.
Las noches blancas evoca, la eterna historia de amor desdichado, reforzada por el mito del amor libre.
El jugador es una de las obras que mayor influencia ha ejercido en la literatura moderna. En ella se describe el complicado mecanismo psicológico del deleite masoquista. Dostoievski, en esta hostira casi autobiográfica, vierte todos sus sufrimientos reales, toda la angustia experimentada en su pasión pro una mujer y por el juego.