El romanticismo, con su amor a lo pasado, dio pábulo a una gran proliferación de la novela histórica. Dumas no se mantuvo inmune a esta tendencia. Noveló un largo periodo de la historia de Francia.
En veinte años después, continuación de la novela Los tres mosqueteros, los mosqueteros ya maduros, sin los arrestos ni la falta de cálculo de la juventud viajan a Inglaterra para tratar de salvar al rey Carlos de la revolución de Cromwell.
Todos los acontecimientos de relieve verdaderamente históricos están relatados con apego a la verdad. Estamos, pues, ante una obra que, apegándose a la historia en lo que más importa, incurre en desviación que para nada afectan la esencia de los hechos reales, pero que en cambio cautivan al lector.