Agustín es un muchacho maltratado en la escuela, pero El Mal tiene secuelas, nos advierte sin empacho. La prefecta y los pupilos le hacen burla y lo atormentan, desatando una tormenta como no se ha visto en siglos. Y es que en su cabeza loca, Agustín sueña catástrofes que barren con casas y árboles y a buenos y malos toca.