El financiamiento empresarial es una herramienta indispensable para el crecimiento y desarrollo de las organizaciones, el cual, utilizado adecuadamente, coadyuva en la obtención de sus objetivos; pero utilizarlo de forma incorrecta puede llevar a la empresa al fracaso. El apalancamiento contribuye a dar más fuerza y mayor potencia a las capacidades naturales de la organización, con lo que crea una sinergia entre los recursos propios y los externos, elevando exponencialmente sus capacidades originales. Utilizar sin la planeación adecuada el financiamiento, puede llevar a la empresa al fracaso. Mantener elevados o excesivos niveles de apalancamiento, o bien, contratar los pasivos inadecuados a la circunstancia particular de la empresa, puede revertir la sinergia de los recursos externos e internos y transformarla en un ente poco productivo, paradójicamente sin recursos y a una elevada probabilidad de fracaso. Si se lleva a cabo una planeación adecuada y racional de las fuentes de financiamiento y de los recursos nuevos que se incorporen a la empresa, en la que se evalúen correctamente los costos, implicaciones y características de cada fuente de recursos, se optimizará la aplicación del fondeo en beneficio de los objetivos organizacionales, de sus colaboradores y accionistas.