Don Rodrigo de Castro es un inquisidor implacable, ambicioso y cauto, que se ha consagrado concienzudamente a realizar pesquisas sobre aquellas mujeres que tienen éxtasis, visiones y misteriosas revelaciones, por si fueran alumbradas ; es decir, adeptas a la secta mística que tanto preocupa al Santo Oficio, por ser considerada herética y relacionada con el protestantismo. Mientras, una mujer se afana por unir lo presente y lo eterno y vivir una fe auténtica y una espiritualidad pura: Teresa de Jesús, una de las figuras más grandes y universales de España de todos los tiempos, que no obstante su fina intuición, su magistral escritura y su virtud probada, fue acosada por los inquisidores. Algo que se ocultó en los siglos subsiguientes y que hoy, por fin, debe ser sacado a la luz.