En esta novela, Agustín Yáñez narra el panorama de la vida artística de México en la época posterior a la Revolución, en la que los problemas e inquietudes universales del arte alientan al país. A través de Gabriel Martínez, el personaje principal de esta obra, Yáñez señala la importancia del artista en su lucha creadora por encima de todo tipo de tendencias y programas.