La migraña afecta a una minoría sustancial de la población de todas las civilizaciones, y ha sido reconocida desde los tiempos más antiguos de la historia. Fue un padecimiento de gente famosa como César, Paul Kant y Freud. Es también un hecho actual de la vida de millones de personas anónimas que sufren en silencio. Sus formas y síntomas, como Burton señala acerca de la melancolía, son irregulares, oscuras, varias, tan infinitas, que Proteo mismo no es tan variable. Su naturaleza y sus causas son dolores de cabeza para Hipócrates y han sido además tema de argumentos durante más de dos mil años. Las características clínicas más importantes de la migraña son su periodicidad, su relación con la dieta y las circunstancias, sus síntomas físicos y emocionales, éstos han sido reconocidos perfectamente desde el siglo II de nuestra era. De tal forma, Aretaeus lo describe, bajo el nombre de heterocrania: Y en ciertos casos toda la cabeza duele y el dolor es algunas veces del lado derecho y otras veces del lado izquierdo, o en la frente, o en las fontanelas, y dichos ataques cambian de lugar durante el mismo día... A esto se le llama heterocrania, una enfermedad que no es suave.