Cuando encontraron a Claire en la playa, nadie sabía que provenía de una comunidad donde no existían los colores ni las emociones. Tampoco sabían que había sido elegida como Madre Biológica a los trece años, que a los catorce había concebido un Producto y que se lo habían arrebatado. Claire había tenido un hijo, pero nunca supo qué fue de él.
¿Cuál sería su nombre?
¿Seguiría con vida?
Debía olvidarlo, pero le resultaba imposible. En su nuevo hogar, Claire conoce por primera vez lo que es ser querida, pero no puede quedarse. No se detendrá ante nada ni nadie hasta encontrar a su hijo, aunque para ello tenga que sacrificar su propia vida.