Un hombre joven. Hastiado de su vida vacía e insignificante, deambula por un panteón. Ahí se encuentra con un sepulturero, quien lo convence de acompañar a un muerto que no ha sido enterrado por carecer de familiares y recursos económicos. El joven ayuda a enterrarlo y coloca una cruz sobre la tumba del desconocido. Al hacerlo siente una gran empatía hacia él, piensa en su propia vida y anhela morir.