¡La Trampa!, hacia allá caminas inocente y deslumbrado ignorando que, cuando llegues, quedarás atrapado y sin auxilio alguno. Ahí permanecerás en angustiosa y absoluta soledad, abandonado, enfermo, tal vez en la miseria y posiblemente inválido; sollozando y aterrorizado a causa de tan pavorosa incapacidad y desamparo.
Nadie podrá salvarte de ahí porque no tendrás ya familiares ni amigos, y si aún existiesen algunos, difícilmente habrán de comprometerse. Te abandonarán. Y afligido en ese aislamiento tendrás que resignarte y admitir que, abstraído y torpe, súbitamente caíste en una espantosa y nebulosa trampa.
No obstante anímate, pues lo escrito en este imprescindible libro te hará reflexionar al respecto, proporcionándote ideas para aligerar, tu sufrimiento mientras permanezcas en: ¡La Trampa!, de la edad.