No sólo el empirista por antonomasia, sino el mejor precursor del positivismo, David Hume además es un filósofo de la naturaleza. En Hume culmina la Ilustración inglesa. El empirismo logra, entonces, sistematizarse y adquiere su voz y su ethos revolucionario: la concepción empirista se Lleva a todas las partes de la filosofía -a la teoría del conocimiento, la ética, la política, la estética, la filosofía de la religión- y en todas ellas muestra su acometividad renovadora y remodeladora. Gracias a este pensador, el empirismo alcanzó la cima doctrinal al realizarse como un clásico sistema moderno. A la introducción de esta obra, le siguen tres libros en los que trata los problemas del entendimiento, las pasiones, la moral, la política y la estética.