Como defensor de las prácticas holísticas de curación, me ha impresionado la unificación que hace Shizuko Yamamoto de la mente y el cuerpo en su trabajo, así como sus prescripciones de ejercicios mediante los cuales se puede mantener la salud. En este libro evita el sensacionalismo, sin ofrecer promesas espectaculares. En lugar de ello, presenta al lector un enfoque directo, de sentido común, para una forma de vida más elevada mediante el cultivo de la confianza en uno mismo. El shiatsu intenta establecer una armonía entre la persona y el universo, y mantener esta condición una vez se ha adquirido. En Shiatsu con los pies descalzos, Shizuko Yamamoto describe este proceso muy bien. Nos informa sobre la sutil fuerza de la vida conocida como ki que se dice circula a través del cuerpo. Describe cómo aparece la enfermedad cuando el flujo de ki disminuye o se bloquea. El Shiatsu con los pies descalzos intenta liberar el flujo del ki mediante un sistema de masaje que utiliza tanto los pies como las manos del practicante. Sin embargo, es más fácil impedir que un problema crezca, que detenerlo una vez sus síntomas se hacen evidentes. Por tanto, el shiatsu ofrece a sus practicantes consejos relativos a la dieta, al ejercicio, a la meditación y a la relajación. En estos tiempos de estrés creciente, la práctica y la filosofía del shiatsu representan una valiosa contribución del mundo oriental al mundo occidental. No obstante, los Estados Unidos, desde hace un par de siglos, conocen algunas de las prácticas de Shizuko Yamamoto: Benjamín Franklin tomaba baños de aire, en el siglo XVIII, describiéndolos de un modo muy parecido a la descripción que el lector hallará en el Shiatsu con los pies descalzos.
