Actualmente, en todos los niveles escolares, es importante procurar que cada propuesta educativa sugerida por el profesor se aterrice en medios eficaces que los estudiantes puedan utilizar para manejar mejor sus comportamientos emocionales, y así lograr un buen desarrollo de su personalidad. Por esta razón, en esta obra, el autor brinda propuesta para armonizar la educación de las emociones en el trabajo diario del docente y da sugerencias concretas para que pueda aplicarlas junto con sus alumnos. Asimismo, destaca que el papel del profesor no es impartir terapia ni rellenar el disco duro mental del estudiante con un bombardeo de información, sino atender sus necesidades de orientación práctica para que aprenda a manejar sus emociones.
