Salvo en unos cuantos trabajos cuyo fin es exponer algunos aspectos prácticos o meramente informativos, en nuestra literatura jurídica el arraigo se ha abordado casi desde una sola perspectiva - muy crítica de sus fundamentos y beneficios. El grueso de la doctrina pugna incluso por la desaparición de la figura. Sus autores, todos ellos buenos juristas, fervorosos defensores de los derechos humanos, han sido particularmente tenaces en mostrar su punto de vista.