El nivel se suma así a la serie de palas, poleas, balanzas, afiladores, ruedas de bicicleta y paletas de albañil que pueblan la poesía de seamus heaney –quizá como ninguna otra visitada por el esfuerzo físico y la presencia de un componente laboral. por otra parte, sugiere una esfera meditativa, íntima, acaso religiosa; un nivel espiritual” donde la diferencia de altura” entre las cosas tiende a igualarse y a revelar el peso peculiar de cada una. ambos sentidos, entrelazados, signan los poemas del libro en su conjunto: poemas que a partir de un objeto, o una experiencia, o desde la anécdota de una leyenda mística, combinan la reflexión con la plasticidad, el pasmo con lo consuetudinario. y si bien la imagen del nivel y su burbuja en equilibrio haría suponer un lenguaje plano, sosegado, limado de altibajos, a través de la traducción se alcanza a escuchar ese flujo poderoso en la profundidad del que hablara eliot, hundiéndose en lo más primitivo y olvidado”, y arrastrando al lector hacia la orilla de un mundo nuevo, un paisaje sonoro, construido sólo con los recursos del ritmo y de la vibración, y en donde se agolpan resonancias de un pasado celta, mitológico, junto con irrupciones contemporáneas.