Leopoldo Alas comenzó a escribir La Regenta en 1883 y la terminó en 1885. Tengo la satisfacción, anunció, de haber terminado a los 33 años una obra de arte. Lo que hace de ésta una obra maestra, es el conjunto. La inmovilidad provinciana, la frivolidad en cuestiones políticas hay partido liberal y partido conservador, pero ambos son dinásticos, el donjuanismo, las pretensiones espirituales, la admiración desbocada hacia todo lo elegante, la preocupación por la honra y la tendencia a entrometerse en vidas ajenas, son factores que aquejan a nuestras sociedades hasta la fecha. La Regenta es al mismo tiempo una crítica severa, un documento veraz y un monumento a la sociedad provinciana.