La abogacía tiene el mérito de manifestar la superioridad de la inteligencia sobre la fuerza, del espíritu sobre la materia; no representa sólo una tradición, días de grandeza y de desgracia, es, ante todo, la conciencia de una responsabilidad colectiva que en tiempos como los actuales, en los que la ciudadanía reclama justicia, es mayor que nunca. Esta obra, dirigida especialmente a los abogados, es un estudio de apertura a la práctica de la ciencia jurídica, presentando una introducción a la vida judicial, haciendo una revisión de su historia, su deber ser, sus disciplinas, así como del alegato, analizándolo a través de los siglos, previo a la audiencia y en ejecución. Por último, se reflexiona acerca de cómo cumplir su misión con independencia. Al realizar el inventario de las riquezas de la abogacía, el autor busca concientizar a sus lectores del valor de sus títulos, de las virtudes que deben tener, volviendo a las antiguas fuentes para hallar en ellas nuestra alma y nuestra verdadera vocación, reanimar el fuego sagrado ardiente de los jóvenes.