Jamas pense que don Ignacio Herrerias, quien fuera dueno del periodico Novedades, me pidiera que colaborara con el, pues yo era un escuintle de catorce años. Muy gustoso le comunique a mi madre que todos los dias tendria que levantarme a las cinco de la manana para banarme y arreglarme; todo con el fin de salir a tiempo hacia una vecindad de Articulo 123, donde se encontraban, provisionalmente, las oficinas del periodico.