Hablar de pedagogía comparada, suena a una especie de moda pedagógica; bien que mirando las cosas objetivamente, en los campos de la cultura y de la investigación, no significa ninguna novedad, si se toma en cuenta que sobre tal materia se imparten cátedras desde 1947, en las instituciones donde se cultiva la pedagogía profesional. Es un producto de mediados de nuestro siglo, y aparte de su cultivo teórico, se ha usado en la práctica como fundamento de serias reformas a algunos planes de estudios en instituciones de niveles medio y superior.



Empero, esa situación local no es reflejo de lo que ocurre en el mundo. El siglo XX ha dado, como uno de sus más preciados productos en el campo de la educación, la integración de la Pedagogía Comparada, ya como disciplina autónoma. Pero la literatura en ese sentido (y es amplia), se ha limitado a presentar estudios monográficos más o menos completos y comprensivos (aunque con dimensión pretérita, como es de advertirse), acerca de la situación educativa de diferentes países.