Hemos de educarnos, no para la escuela, sino para la vida ha dicho Séneca. Este libro responde a esta máxima, pues trasciende el concepto de la enseñanza como simple instrucción por otro más amplio que comprende el educar integralmente a niños y jóvenes que asisten a la educación preescolar, primaria y secundaria, a través del desarrollo de valores y de la creatividad, además de la tradicional esfera del conocimiento. La autora muestra cómo la labor magisterial debe abarcar aspectos de fomento de la curiosidad, el amor por el aprendizaje y la honestidad, el orgullo por el trabajo, la confianza en sí mismos, la capacidad de comunicación, la participación de las familias, con lo que esta obra es recomendable también para orientar a los padres de familia que tienen el deseo de ayudar a sus hijos en una formación verdaderamente integral.
