Luego de embarcarse con maestría en novelas históricas, como El seductor de la patria y Angeles del abismo, el escritor mexicano Enrique Serna regresa a la novela intimista que tan bien domina, con Fruta verde, obra construida como un espejo de tres caras, donde el deseo, la pasión y el amor son centrales.
El tema de esta novela son los mecanismos psicológicos que entran en juego en un proceso de seducción, cuando una persona educada en la moral convencional recibe una proposición erótica perturbadora que provoca una mezcla de perversidad y miedo, abundó el narrador, nacido en el Distrito Federal en 1959.
En Fruta Verde, Serna trató de alcanzar una compenetración emocional más fuerte con sus personajes, en vez de observarlos con la distancia del escritor satírico que también suele ser, porque después de varios libros dotados de ironía y con mucho humor corrosivo y sarcasmo, el otro extremo que le interesaba era el sentimentalismo.