Nada es,ás sincero que un espejo. Nada es más engañoso que un reflejo. Lina de cuarenta y cuatro años, con dos hijos adultos y un matrimonio reducido a la condescendencia de su esposo, vive prisionera de los convecionalismos de principios del siglo XX a tal grado que su frustación e inconformidad con las limitaciones impuestas a su existencia son interpretadas como signos de alteración mental, lo que lo llevarpa a ser recluida en recintos psiquiátricos, para vivir inmensa en una realidad alterada por el adormecimiento de las sustancias que la obligan a tomar, el encierro y los fantasmas del pasado.