Ouspensky abrió un amplio campo a la investigación de la psicología no oficial, es decir, esa psicología que en lugar de basar sus premisas en los datos aportados por la observación de la realidad, el análisis y la comparación de los fenómenos perceptibles en la psique humana, lo hace estudiando las fuerzas que están ocultas en el hombre, la interiorización que devela ese mundo extraño y maravilloso encubierto por las facetas del yo real.
El autor considera que para profundizar en el estudio del desenvolvimiento posible del hombre es necesario considerar dos aspectos, dos líneas posibles de desarrollo: uno es el saber y otro es el ser. Esto hace evidente la necesidad del desarrollo del saber y sobre todo del saber relativo al conocimiento de uno mismo, pues uno de los grandes obstáculos de la conciencia de nosotros mismos es precisamente nuestra ignorancia de nosotros mismos y nuestra ilusoria convicción de conocernos, al menos en cierta medida, cuando en realidad no nos conocemos en absoluto, debemos comprender que la psicología significa realmente el estudio de uno mismo.
Ouspensky siempre se distinguió como un honesto y racional buscador de la verdad, en esta obra, formada por cinco conferencias pronunciadas por él en Londres, da una idea general del objeto de estudio, así como de las líneas de trabajo que seguía con cierto núcleo de personas.
