José María Morelos fue el gran organizador de la segunda etapa de la lucha independentista mexicana. Nació en Valladolid, Michoacán, en 1765 y fue ejecutado en el Estado de México en 1815. Este humilde cura de Carácuaro, cambia su vida al conocer a Miguel Hidalgo, quien deposito en él la antorcha de la lucha contra el colonialismo español, con la misión ultima de tomar el estratégico puerto de Acapulco. En solo tres anos, de 1811 a 1814, Morelos realiz6 varias campañas que le permitieron dominar la mayor parte del sur de México y una porción del centro. Fue el gran héroe del sitio de Cuautla, en 1812, donde con un ánimo de fiesta que enervaba al enemigo, los insurgentes resistieron setenta y dos días al español, yal fin rompieron el cerco dejándole al sitiador una victoria dudosa y amarga. El Rayo del sur supo rodearse de excelentes colaboradores, como los Bravo, los Galeana o Mariano Matamoros. Con el claro ideal de la Independencia, organizo el Congreso de Anahuac, primer cuerpo legislativo de la historia mexicana. Capturado tras varias derrotas, padeció las humillaciones de la Inquisición y fue finalmente fusilado. Morelos no era un militar de carrera y tampoco afronto batallas frontales. Pero poseía un rápido accionar una natural inteligencia en la resolución de los combates. López Trujillo analiza aquí no solo los recursos bélicos del sacerdote guerrero, sino también cuales fueron sus lecturas formativas, el porqué de su derrota y el particular trasfondo social del México colonial, que Morelos interpreto como nadie. Y sin idealización alguna, nos da una semblanza de un héroe aun no reconocido como otros a escala continental, a la altura de sus merecimientos.