La historia de Colombia desde su independencia difiere poco de las de sus hermanas latinoamericanas: distribución poco equitativa de la tierra, grandes comunidades relegadas a la exclusión, caudillismo, violencia interna. En los últimos tiempos se sumaron a ello el narcotráfico y una sostenida actividad guerrillera, al punto tal que ese país registra el único caso de un líder insurreccional que murió de viejo tras cuatro décadas de acción; Marulanda, el legendario líder de las FARC, grupo que da tema central a esta obra. El principal logro de su autor es, precisamente, insertar la ocurrencia y duración del fenómeno guerrillero dentro de las coordenadas históricas colombianas. Así sostiene que las estructuras feudales no cambiaron con su independencia; habla de la ausencia del Estado en extensos territorios, o de su presencia signada por la corrupción y el engaño; menciona el tradicional uso de fuerzas paramilitares en manos de terratenientes; explica las llamadas economías de ciclo corto y los intereses suprenacionales que condicionan su desarrollo. Su análisis del fenómeno fariano excede así lo militar, y al echar luz sobre datos poco contemplados resulta esclarecedor.