La entrada de Andrea Girón al mundo de Nuestra Señora de la Agonía fue el cuatro de septiembre. Ella estaba segura de que sería expulsada inmediatamente de ese lugar lleno de damas, pero nunca imaginó que volverse invisible era la única forma de salir de ahí.
A esa conclusión llegó después de pasar por la Emulsión de Scott, peines mordidos, muchos libros leídos, un monstruo llamado Ulpidio y enfrentarse a Bérula y las Mortis.
Su nueva escuela escondía Posibilidades (con mayúscula) y descubrirlas fue toda una aventura.