Como cualquier mujer siempre he preferido que me llamen puta a que me digan que he engordado.
¿Quién no ha estado alguna vez preso de la obsesión por adelgazar y dispuesto a hacer cualquier cosa para conseguirlo?
Desde que tiene memoria, Mercedes —como gran parte del mundo occidental— ha vivido bajo la dictadura de uno de los regímenes más autoritarios que existen: las dietas de adelgazamiento. Una dictadura que, como los peores totalitarismos del siglo XX, se inmiscuye en cualquier parcela de la vida —tanto pública como privada— de los ciudadanos, y les niega la libertad.
En busca de un utópico ideal de belleza, la protagonista probará los regímenes de adelgazar más despóticos, padeciendo todo tipo de situaciones tragicómicas sin, por supuesto, lograr su objetivo.
Finalmente, en un viaje a París, Mercedes descubrirá que el régimen liberal es la mejor forma de lograr derribar las tensiones sociales provocadas por la imposición de los totalitarismos alimenticios. Sólo entonces conseguirá adelgazar.
Emilia Landaluce nació cilindro de cuatro kilos en Madrid en 1981, aunque pasó su infancia entre esta ciudad, El Puerto de Santa María y Villanueva de los Infantes (Ciudad Real). A sus 18 años, exultante campana de 76 kilos, comenzó sus estudios universitarios en Madrid y los continuó en Londres. En la actualidad es un diábolo —o diabolesa— que se embute en una talla 38 sin dificultad. Esta es su primera incursión en la literatura.