El infierno existe y no necesariamente está debajo de la tierra y en llamas. Los migrantes indocumentados lo conocen muy bien, lo atraviesan en vida, y algunos lo cruzarán post mortem, como cadáveres que se quedaron con el desierto a cuestas.
¿Qué es la frontera de México con Estados Unidos y cómo puede llegar uno a conocerla? ¿Qué pasa con la Patrulla Fronteriza? ¿Quienes llegan, quiénes son detenidos, quiénes son deportados? ¿Los agentes de la Patrulla Fronteriza son amigos o enemigos de los migrantes? ¿Hasta qué punto desempeñan su labor y hasta qué punto abusan de su autoridad? ¿A qué problemas y retos se enfrentan al lidiar con coyotes y narcotraficantes?
Los que conocen la frontera saben una cosa: que las representaciones e imágenes que desde lejos se hacen de ella no alcanzan siquiera a delinear lo que son nuestras realidades. Los ciudadanos de ambos lados necesitan, y urgentemente, conocer más a fondo esta región que es clave para sus respectivos países.
Y para descubrirla no hay nada mejor que experimentarla personalmente, verla, oírla, tocarla y olerla. Como lo hicieron los autores de este libro, quienes vivieron la esperanza y la desesperación. Sus escritos manifiestan indignación, tristeza, admiración, respeto y emociones a tal grado complejas que resultan difíciles de expresar.
Hablan desde la cabeza y el corazón. Mucho de lo que describen es provocador, incluso conmovedor. Y hablan de manera honesta. Fue, para ellos, la experiencia de toda una vida, un vistazo tras bambalinas.