Fidel Castro fue el principal impulsor de la Revolución Cubana; inspirado en los ideales nacionalistas de José Martí, creó el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, tomó el camino de las armas para abanderar las demandas de libertad y justicia social. Y triunfó.
Enfrentó el avasallador dominio de Estados Unidos y estableció en Cuba un sistema socialista que estuvo apoyado por la extinta Unión Soviética, hasta 1989. A partir de entonces, bajo la consigna iPatria o Muerte! iVenceremos!, ha mantenido su régimen a pesar de las graves dificultades internas de la isla, y del permanente acoso estadounidense.
Para algunos, es un dictador anacrónico obsesionado por el poder. Para otros, representa un ejemplo de heroísmo y dignidad, por su espíritu tenaz, lúcido y combativo. Si el comandante Fidel Castro hubiera muerto en el campo de batalla, actualmente sería admirado y reconocido como un icono revolucionario a la par del Che Guevara. Pero el líder cubano sobrevivió, no sólo para ser un protagonista ineludible de la historia mundial, sino también para convertirse en el gobernante más persuasivo, apasionado y controvertido de nuestro tiempo.