Los valores de la familia se han transformado drásticamente durante las últimas décadas. Ello ha propiciado la evolución del rol paterno desde unos padres exigentes a otros excesivamente permisivos. Una generación de padres obedientes, cuya prole se ha denominado generación de hijos tiranos y que se caracteriza por la intolerancia, la apatía, el egocentrismo y por regirse por la ley del mínimo esfuerzo, sin aceptar imposiciones de ningún tipo. Las familias han ido reduciendo su número de miembros de forma paulatina y este hecho tiene inconvenientes, pues el niño de las familias pequeñas suele ser individualista y tiende hacia el aislamiento y el hedonismo. Los padres se preocupan por satisfacer cualquier capricho de sus hijos, y, por tanto, se convierten en padres obedientes. Estos padres obedientes no imponen reglas por temor a que aquellos sufran y se frustren, sin valorar las consecuencias que esto puede tener en la formación de los niños. Los hijos tiranos son insensibles, egoístas, caprichosos y violentos. Además, presentan un elevado grado de autoestima que no es fruto directo de su esfuerzo personal, sino del excesivo apoyo paterno. El miedo de los padres a que el hijo experimente algún fracaso les impide considerar que se aprende más del error y del fracaso que de los aciertos. Este libro resulta de gran ayuda para padres y educadores, ya que ofrece numerosos consejos útiles que contribuirán a fortalecer la seguridad y la confianza de los niños. Con ello se pretende crear una generación de padres más sabios e hijos más humanos y, en consecuencia, mejorar las relaciones familiares.