Simón Mason ha sido acusado de molestar a unos compañeros. Pero la subdirectora de la escuela, una maestra muy observadora, tiene sus dudas sobre quién molesta a quién, pues sabe que Simón es un niño impopular y tímido. Para darle seguridad, lo nombre encargado de las mascotas de la escuela, un privilegio que no le durará mucho tiempo porque Simón la hace quedar mal. O al menos eso parecen indicar todas las evidencias. Aun así, la maestra continúa con sus pesquisas. Sin embargo para Simón ha llegado la hora decisiva: ha sido enjuiciado y condenado por sus compañeros a un castigo que no está dispuesto a sufrir. ¿Saldrá a relucir la verdad o tendrán que decirse más mentiras.?