En 1937, mientras España se desgarra en la trágica Guerra Civil, el gobierno de la República organiza una expedición para mandar a México a un grupo de niños, huérfanos de guerra e hijos de combatientes republicanos, para salvarlos del horror. Llegan más de cuatrocientos niños a México, desnutridos, andrajosos, con sus pequeñas maletas y la esperanza de volver algún día a reencontrarse con sus seres queridos. Entre ellos está Cosme, con apenas nueve años de edad, se trasladó a Madrid en 1936, para ayudar a su hermano Antonio.