Después de mucho tiempo, los reyes lograron tener un hijo: Andrés, la alegría de sus vidas y de todo el reino. La corte y los súbditos se desvivían por hacerlo feliz, hasta que un día lo atrapo el bosque encantado. Allí, por más que gritara y pataleara, era solo un muchacho miedoso que no podía arreglárselas solo. Entonces apareció Hana. Con ella debía haber salido del bosque, pero Katia lo rescató sólo a él…