Si una señora va por la calle y se cae estrepitosamente, uno no debería reír a carcajadas, excepto si uno es mexicano. André Bento dijo alguna vez que México era el país elegido para el humor negro. No exageraba. Y contrario a lo que dicen por ahí, la literatura también le da la razón: desde José Tomás de Cuéllar hasta Jorge Ibargüengoitia, por no mencionar a los clásico, varios escritores nacionales han resistido con éxito el embate de la literatura seria