El desarrollo de los conocimientos relacionados con los procesos morbosos de la mente ha evolucionado de tal forma en los últimos años que muchos de los planteamientos sobre la psicopatología que habían sido directrices para muchas escuelas se han vuelto obsoletos y, por lo tanto, pertenecen más al terreno de la filosofía y la especulación que a la ciencia de los trastornos mentales que se estudian en la psicología y la psiquiatría contemporáneas.