Nadie les preguntó si querían participar en la guerra, pero están en medio del campo de batalla. Felipe va con sus samios a una fiesta. Allí, Jennifer, la chica que siempre le ha gustado, se muestra extremadamente caroñosa con él. De pronto, en medio de la música y las luces de colores, ella comienza a convulsionarse. Ha sufrido una sobredosis; el principal sospechoso del incidente es Felipe. A partir de ese momento, él y su familia se ven envueltos en el oscuro y violento mundo de las drogas, obligados a entrar en una guerra que preferirían no haber vivido.