No necesitamos magia para transformar nuestro mundo; ya tenemos, en nuestro interior, todo el poder que necesitamos.
Cuando J.K. Rowling fue invitada a pronunciar el discurso de la ceremonia de graduación de los alumnos de la Universidad de Harvard, decidió hablar sobre dos temas que le interesan especialmente: los beneficios del fracaso y la importancia de la imaginación. Para la autora, la valentía a la hora de afrontar el fracaso es tan esencial para vivir bien la vida como cualquier parámetro tradicional con que se mide el éxito; y nuestra capacidad de empatía, de ponernos en la situación de los demás —sobre todo si éstos son menos afortunados que nosotros—, es una cualidad que sólo poseemos los seres humanos y que debemos cuidar, cueste lo que cueste.
Las anécdotas que J.K. Rowling compartió con los estudiantes y las preguntas incisivas que les formuló han sido una fuente de inspiración inagotable para todos aquellos que se han parado a pensar qué significa vivir bien la vida. Sus palabras invitan a actuar a todas las personas, con independencia de su edad y condición, que se encuentran en un momento decisivo de su vida. Si tenemos el valor de arriesgarnos —aunque esto pueda llevarnos al fracaso— y si sabemos aprovechar el poder de la imaginación, podremos empezar a perder el miedo y explorar las infinitas posibilidades que nos ofrece la vida.