Todos viven en el México de hoy, pero buena parte de los protagonistas son estadounidenses y quieren permanecer en el país a pesar de los muertos, los desaparecidos, la corrupción, la impunidad, el narco y otras contingencias que van volviéndose abominable normalidad. Y es que México los atrae como un vórtice, los seduce, los retiene, a cada uno por distintos motivos.
Por estas páginas desfilan capos de los cárteles, aprendices de delincuente, una reina de belleza con horribles cicatrices, un chef que debe elaborar un platillo imposible o pagarlo con su vida, una pareja de enamorados cuyas familias pertenecen a bandas rivales, un pintor que se convierte en asesino y en todo momento, un país para el que cada noche es un eterno salto mortal hacia mañana.
No sé cuál sea el propósito de la vida, pero puedo decirles esto: todos tenemos una razón para estar en la Tierra, y no es para que nos secuestren, ni para morir en una balacera, ni para terminar tirados en una zanja, ni para ser el residuo de una narcoguerra.