Un cadáver reconocido, el de Bryan Fabelli, ciudadano dominicano, vinculado a organizaciones de izquierda que hicieron frente a la represión de los gobiernos balagueristas. Un cadáver desconocido, encontrado en el río que divide el pueblo costero en dos, bajo sospecha de participar en el asesinato de Bryan. Un fiscal adjunto: el veterano Feliciano Moreta, a cargo de resolver las circunstancias y los motivos de la muerte violenta de Bryan, inspiradas sus pesquisas en los relatos del detective Pepe Carvalho y el fiscal Chacaltana Saldívar. El Chupacabras y el Bar de las Dudas, dos escenarios enceguecidos por la música de Calle 13 y Amy Winehouse, por los que desfilarán las víctimas, los victimarios, los investigadores, los testigos y los sospechosos. Dos personajes claves para la resolución del crimen: el joven profesor universitario Moncho Martínez, contertulio de Bryan y principal narrador de la historia, y Emy, la sensual y madura novia de Martínez, cuya llegada es fortuita solo en apariencia. Los personajes ambiguos y escurridizos, la desvaída línea entre buenos y malos, la atmósfera cargada -hendida por los rayos de la tormenta- y la mirada crítica al entramado social recreado colocan a El hombre que parecía esconderse en la mejor tradición de la novela negra contemporánea en lengua española.