Diversión, dinamismo, alguna que otra pincelada de ciencia ficción hard, reflexiones en torno al devenir de la aventura humana en la galaxia y el clásico enfrentamiento entre el bien y el mal presiden esta ágil novela de aventuras y, tal vez, algo más. Una aventura espacial sin cuento (con destrucción del planeta Tierra incluida y toda la panoplia inevitable) cuyos autores se han regocijado y, sobre todo, divertido escribiéndola. Una novela con evidente sentido lúdico, repleta de guiños y llamadas a la complicidad del lector. El tríptico de Dios empieza en un futuro muy, muy lejano cuando la Iglesia, que ha hallado refugio en el Nuevo Vaticano tras un agujero de gusano, se enfrenta una vez más a su Adversario tradicional. Este maneja como peones a los misteriosos seres de supersimetría en la lucha contra las monjas-guerreras al servicio del Sumo Pontífice. La Iglesia y sus ejércitos actúan como defensores últimos de la humanidad. Más adelante, se retrocede al período de la sustitución del Sumo Pontífice robótico, una Inteligencia artificial que ha regido la Iglesia Católica a escala galáctica durante varios siglos. Para finalizar, en las postrimerías del presente siglo XXI el Adversario tienta a un científico desafortunado a que le ayude a destruir la Tierra para que se pueda iniciar la diáspora humana por la galaxia.