Un viaje a RomaServilio sabía que en aquel momento iba a comenzar la guerra, y una sombra de inquietud recorrió toda su piel dejándole un leve escalofrío. Se sentó en su asiento de piedra y dirigió su mirada a Pompeyo. Meditó un instante cabizbajo y tomó la decisión de unirse a él. Luego vinieron los discursos, pero Servilio ya no los escuchaba, solo pensaba en una cosa: sus cinco hijos.Olga Romay (España). Es una escritora lucense afincada en Madrid. Licenciada por la Universidad Complutense en Ciencias Económicas y Empresariales, compagina su labor como profesora en un instituto con sus estudios de doctorado en Historia Antigua y su vocación literaria.