Julia pudo percatarse de la infinidad de detalles que atesoraba aquella pieza. El haz de luz proyectado sobre ella creaba reflejos imposibles al reverberar sobre las valiosas piedras que componían el singular plumaje. Subyugada, creyó comprender el verdadero significado de aquella enigmática reliquia, captando su extraña magia. Sin duda los orfebres que la crearon habían realizado un trabajo soberbio con aquella obra, cuyo tamaño apenas abarcaba la palma de su mano.