La salud del alma comienza con una buena y profunda disposición por querer tenerla. Con el deseo de vivir como los vehículos perfectos del amor, la alegría, la sabiduría, el perdón y las grandes virtudes de la fuerza divina que nos ha creado. El cimiento para construir una salud interior y exterior inquebrantable es la sabiduría compartida por las grandes mentes universales que han pisado esta tierra, derrumbando con ella, los muros de la ignorancia espiritual que han mantenido tan hundidas, enfermas, pobres y desgastadas a innumerables almas, que se van, sin haber conocido su gran potencial. Seamos amigos nobles de elecciones inteligentes, buenos hábitos, alimentos y ejercicios espirituales para el alma y el corazón. Viajemos en cada hoja de este libro hacia la recuperación total de la alegría que nos trae el saber que la salud del alma depende de nosotros y de nadie más. Seamos valientes al cuidarla, conservarla y propagarla para vivir con honor y gratitud nuestra vida y la de quienes se nos han confiado.