Las penurias económicas de Dickens inspiraron sus mejores novelas (Oliver Twist, David Copperfield, Tiempos difíciles) de gran contenido y crítica social. Gracias a una herencia, el futuro escritor dejó la fábrica donde trabajaba y se puso a estudiar. Con 17 años escribía ya en periódicos y en 1836 publicó una novela por fascículos semanales: Oliver Twist, donde mostraba con crudeza la difícil vida de los más pobres.