Este libro es una vuelta al pasado para recordar partes de mi vida que se vinculan con el tema de que se trata, para volver a vivir los interesantes, bellos y apasionantes momentos que me traen al presente los extraordinarios episodios ya idos pero tan actuales en mi existencia, que forman parte de la misma. Y por ello recuerdo algo que escuché y presencié en el Aula Magna del Instituto Científico y Literario, Autónomo del Estado de México, el 3 de marzo de 1947, al asistir a la ceremonia de iniciación de cursos, bella fiesta y de gran gala, para todo institutense. Ese día y en dicho acto escuché la palabra hermosa, elegante del hombre que había sido su director y que decía hasta luego a su alma máter para continuar su campaña como candidato a Senador de la República Lic. Adolfo LOPEZ MATEOS. Que empezó su discurso manifestando: Dicen que las despedidas no son tristes, dile a quien te lo dijo que se despida, por eso no vengo a despedirme sino a decirles a ustedes y a mi Instituto amado, solamente hasta luego, y vengo a recordar lo que he vivido aquí, y sí recordar es vivir, hoy voy a vivir intensamente. Ahora, a cincuenta y seis años de haber vivido esos memorables momentos aún tengo gravadas en el alma y en la mente, sus conmovedoras y persuasivas palabras, el timbre y la armonía de su voz, lo elegante de su buen decir y su imponente presencia con sus ademanes precisos y perfectos. Le vi como la encarnación misma del gran tribuno que conmueve y convence, y hoy a varias décadas de distancia la presencia de su imagen me acompaña y se agiganta con la frescura de la primavera. Mi vida como estudiante de la escuela Preparatoria y de Jurisprudencia del glorioso Instituto Científico y Literario Autónomo del Estado de México, trascurrió entre estudio, fiestas, deporte y política estudiantil, siempre en compañía de mis amigos y compañeros. En 1952 y 1953 obtuve el campeonato de Oratoria del Estado de México y participé con tal carácter, en el segundo de los años citados en el Concurso Nacional organizado por el periódico El Universal, celebrado en la ciudad de Guanajuato, Gto., ya que en el año anterior no pude hacerlo con motivo de la huelga que hubo en el Instituto.